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Valeria
“Nos dimos cuenta que habíamos cambiado mucho: habíamos adoptado totalmente la forma de vida que se lleva en los Países Bajos.”

Vengo de Uruguay, país situado en la parte oriental del Cono Sur Americano. Con una población de casi 3.5 millones de personas de las cuales el 50% vive en la capital Montevideo, ciudad donde viví hasta mis 21 años. Es un país relativamente pequeño si lo comparamos con sus países vecinos: Brasil y Argentina, pero grande comparado con los Países Bajos. 

Entre 1860 y 1920 un total de alrededor de 600.000 europeos entraron al Uruguay, teniendo lugar la máxima oleada de inmigrantes procedentes de toda Europa. Mis abuelos son de esa generación; mi abuelo paterno era italiano y mi abuela materna española. Mi esposo también es descendiente de emigrantes europeos ya que el bisabuelo era italiano y la madre tenía ascendencia portuguesa. 
 
Hasta que me casé en 1999 viví en el mismo barrio en Montevideo. Tuve una infancia muy feliz en casa de mis padres, jugando todos los días en la calle, con los chicos del barrio. Conocí a mi esposo cuando estudiaba enfermería y trabajaba medio tiempo. Me casé, alquilamos un apartamento cerca del barrio, terminé mis estudios y mi hija nació en junio del 2000. 

La crisis económica en Sur América del 2001 hizo que tomara mi esposo, la decisión de buscar trabajo y casa en los Países Bajos donde él vivió hasta los 12 años en la ciudad de Zeist. Recuerdo que de novios me contó lindos recuerdos que tiene de su infancia en ese país. Él quería lo mismo para nuestra hija. 
 
Vía internet  se puso en contacto con amigos de su familia, en los Países Bajos, quienes le ofrecieron un lugar donde vivir. Fue así como llegué al barrio “Bloemenbuurt” en la ciudad de Almere, donde alquilamos una vivienda hasta el 2004.  Estaba sorprendida de las áreas verdes y el orden en las calles de la ciudad. En el centro de Almere, Buiten estaba sólo la piscina, la estación de tren y bus, la policía y unos comercios. Una vez a la semana había un pequeño mercado.

En el 2005 compramos una casa en el barrio de Strippenbuurt al final de Almere Buiten. Enfrente de la casa todo era un sitio baldío donde los niños se la pasaban jugando. No llegaba aún la línea de bus y sólo había un supermercado para todo el barrio y dos escuelas completamente nuevas. Mi hija fue de las primeras alumnas que inauguraron la escuela que  llegaba apenas  a 15 alumnos.  
 
En el 2007 empecé a trabajar de Asistente de Enfermería en un centro de cuidado en Hilversum. Ese año también saqué mi licencia de conducir aunque, si es posible, prefiero usar la bicicleta o caminar. Más tarde nos mudamos al barrio barrio Homeruskwartier. En la actualidad es el área residencial más grande de los Países Bajos, desarrollada y construida por sus propios habitantes. 

Mi segunda hija nació en el 2014 y fue en junio del 2018 que vendimos todo, renunciamos a nuestros trabajos, hicimos un viaje de vacaciones por Europa y emigramos los cuatro a Uruguay. Regresé al barrio donde me crié en Montevideo el cual era totalmente diferente a lo que conocí de joven. Ya no se podía jugar o caminar en la calle, las casas con seguridad por el aumento de la violencia, y la mayoría de mis amigos de infancia ya habían emigrado. 

A todos nos costó mucho re-ajustarnos a la forma de vida en Uruguay. A mis hijas el sistema educativo, que es muy diferente al neerlandés, y llevando todo en español. A mí, me molestaba ver que las personas no cuidaran las cosas, el tráfico que no respeta, la gente que llega de visita sin avisar, que los niños comieran y se durmieran tarde. Nos dimos cuenta que habíamos cambiado mucho,que ya no éramos los mismos que hace 17 años, ni lo es Uruguay. Durante todos los años que vivimos en Almere habíamos adoptado la forma de vida cotidiana que s
 
e lleva en general en los Países Bajos. En muchos casos muy diferente a la de  Uruguay. Así que en junio del 2019 decidimos, después de un año de vivir en nuestro país de origen, regresar a Los Países Bajos. 

Mi esposo consiguió trabajo en una empresa farmacéutica y yo regresé a trabajar al área de cuidados y asistencia de enfermería en la ciudad de Weesp. Por el momento alquilamos en Weesp pero estamos buscando vivienda en Almere.  He traído mis diplomas de enfermera del Uruguay ya traducidos para validarlos al sistema neerlandés. Por medio de mi trabajo estudio los cursos complementarios de enfermería clínica para poder luego ejercer mi profesión. Además reforzaré mi neerlandés en cursos para adultos. Estoy muy contenta de esta nueva oportunidad.  

De nuevo estoy en este país, sólo que ahora, con una paz interior muy grande y mucha motivación para seguir adelante. Sé ahora que los Países Bajos es el lugar donde quiero vivir. 
 

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Fotos, Entrevista y Texto: Lyla Carrillo - van der Kaaden
Revisión de Texto: Babette Rondón
Fotostudio website: www.101studio.nl