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Maite
“Me traería a los Países Bajos las montañas que rodean Pamplona”

Vengo de Pamplona, capital de Navarra, al norte de España, conocida en el extranjero por sus fiestas de San Fermín. Durante ocho días consecutivos un grupo de toros bravos hacen un recorrido por el centro de la ciudad hasta la plaza de toros, acompañados por cientos de corredores. Día y noche hay innumerables actividades para todas las edades, con espectáculo de fuegos artificiales, música, baile y comida. Durante el resto del año Pamplona es una ciudad tranquila, con muchos estudiantes universitarios que vienen de fuera.

Siempre quise tener la experiencia de vivir por un corto tiempo en el extranjero. En 2000 me decidí a hacerlo y encontré trabajo de analista financiera en Ámsterdam.  Mi primera impresión fue lo cosmopolita que era la ciudad y la multiculturalidad. En mi trabajo éramos la mayoría extranjeros y en los primeros meses tuve poco contacto con la cultura pura neerlandesa. A diferencia de muchos de mis conocidos empecé de inmediato a estudiar el neerlandés. 

En el trabajo noté que la relación con los jefes era más abierta que en España y se promovía más el diálogo. Asimismo, el horario de la jornada de trabajo es continuo y la pausa para el almuerzo es muy corta; muy diferente a España. Esto me facilita  tener más tiempo libre al final del día para hacer deporte, socializar o pasar tiempo con la familia y amigos.

Otra diferencia es el clima.  En Pamplona hay bastantes más días soleados con menos precipitaciones y viento. En España vivía a menos de una hora de los Pirineos y del mar lo que me brindaba la oportunidad de ir a pasear afuera, hacer deporte de montaña, esquiar o simplemente ir a la playa.  Los paisajes de los Países Bajos son  bonitos y muy diferentes por ser un país plano. Si fuera posible, me traería a los Países Bajos las montañas que rodean Pamplona.

Conocí a quien hoy es mi marido, al poco tiempo de llegar a Amsterdam. El es mitad irlandés y mitad neerlandés.  Juntos estuvimos buscando una casa que fuera financieramente accesible de comprar y de preferencia nueva. Fue así como en 2003  llegamos a Almere con las caractetísticas que buscábamos y además con todas las ventajas de una gran ciudad. Almere tiene una ubicación central en el país y cuenta con bastante espacio, naturaleza, recreación y una buena infraestructura y planificación urbana. 

Desde que tenemos hijos me gusta más vivir aquí ya que los barrios son adaptados y seguros para los niños y hay muchas familias jóvenes. En familia nos gusta dar paseos en bicicleta a lo largo de “Lepelaarplassen” y “Oostvaardersdijk”. Siempre hay mucho que ver, hacer y es super divertido para los niños. También vamos regularmente al “Stadshart” (centro de Almere), a hacer compras, a la biblioteca, comer fuera o al cine.

Tenemos una buena relación con los vecinos del barrio y se organiza anualmente una barbacoa que siempre es un éxito. Hay una comunicación abierta y de ayuda cuando alguien necesita por ejemplo apoyo con los niños en la escuela y/o en la guardería. A través del grupo de Facebook del barrio obtenemos información de instituciones y/u organizaciones sobre actividades, proyectos e iniciativas que son de beneficio para todos. Esto es muy útil ya que la municipalidad no siempre informa a los residentes sobre este tipo de actividades.

Siempre le he hablado a mis hijos en español y mi marido lo hace en neerlandés. Mis tres hijos entienden ambos idiomas, aunque dominan más el idioma paterno.  Desde los cuatro años asisten semanalmente a clases de español, donde no sólo practican el idioma, sino también aprenden sobre la cultura española y latinoamericana. Intentamos viajar a España dos o tres veces al año para mantener la relación con la familia, los amigos, y para que conozcan sus raíces. En casa no hay una cultura predominante y cocinamos platos internacionales.  

Me siento española aunque dentro de los Países Bajos me siento “Almeerder”. Encuentro muy enriquecedor el vivir en una ciudad multicultural , aprendo a convivir con personas de distintos orígenes con tradiciones y costumbres diferentes a las mías. De igual forma estoy contenta de que mis hijos no necesiten viajar al extranjero para tener amigos de diferentes nacionalidades y poder conocer y aprender de otras culturas ya que en Almere se encuentran todas.   

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Authors

Fotos, Entrevista y Texto: Lyla Carrillo - van der Kaaden
Revisión de Texto: Babette Rondón
Fotostudio website: www.101studio.nl