Soy Vimala. Nací en Sudáfrica. En el año 2017, emigré a los Países Bajos y viví en Seizoenenbuurt Zuid en Almere Buiten.  Esta es mi historia.

Nací en una provincia llamada Kwa-Zulu Natal en Sudáfrica. Soy la quinta generación de origen sudafricano. Mis antepasados llegaron a Sudáfrica como trabajadores contratados y terminaron quedándose cuando  sus contratos terminaron.  Debido a mi origen étnico, los recuerdos de mi infancia están impregnados de las especias y los sabores de la tierra natal de mis antepasados, la India. Tengo recuerdos de cuando nos reuníamos en familia en ocasiones especiales y lo celebrábamos con platos tradicionales.

Sudáfrica es un país muy diverso y tiene 11 lenguas oficiales. Nuestra lengua materna era el inglés. También provengo de una familia muy deportista y jugaba al voleibol y al tenis.

Cuando era pequeña, recuerdo haber oído historias de mis padres y abuelos creciendo durante la época del apartheid.  Mis hermanos emigraron a Nueva Zelanda en el año 2000 en busca de mejores oportunidades de trabajo y de vida que nunca tuvieron en Sudáfrica.

Después de terminar la escuela secundaria, estudié Gestión de Hostelería y Comunicación. Me trasladé a Johannesburgo en busca de oportunidades profesionales.

En 2011 tuve mi primer hijo y 2 años más tarde mi segundo hijo. Fue entonces cuando empezamos nuestro proceso de inmigración para mudarnos a Australia, sin embargo, el proceso fue caro y largo. En febrero de 2016 le ofrecieron a mi marido un trabajo en ABN AMRO, el cual aceptó y se trasladó a los Países Bajos, en junio.  Debido a la demora en los trámites  nos reunimos con mi marido hasta febrero de 2017. 

Cuando llegamos fue como unas vacaciones; todo era emocionante y nuevo, sin embargo, el idioma era confuso.  Mis hijos empezaron el colegio en abril y me sentí muy abrumada al no tener amigos y no saber el idioma.  Entonces me inscribí en el curso de idiomas ROC para adultos.  Empecé a hacer amigos expatriados que se convirtieron en mi estructura de apoyo en mi nuevo hogar. Empecé a sentirme segura de mí misma. El traductor de Google se convirtió en mi mejor amigo, sobre todo cuando iba a hacer la compra. La comida une a la gente y también me ha hecho hacer nuevos amigos en mi nuevo país. Empecé mi empresa de Catering para eventos en 2019 en el mercado Hembrug de Zaandam y ahí es donde conocí a la mayoría de mis amistades significativas.

Mis hijos fueron a un Taalcentrum donde aprendieron el idioma holandés muy rápidamente y esto les ayudó a integrarse, hacer nuevos, amigos y comenzar a establecerse. Mi principal objetivo era dar a mis hijos una vida más segura con oportunidades para crecer y tener éxito, por lo que mi lema era "el fracaso no es una opción".  Acepté todos los retos y cambios, lo que no fue lo más fácil al principio.

En los Países Bajos, estaba totalmente fuera de mi zona de confort, aprendiendo cosas nuevas que añadían valor a nuestro nuevo estilo de vida, como aprender a montar en bicicleta y a conducir por el lado derecho de la carretera, que es lo contrario en Sudáfrica. 

Mi marido consiguió nuestro primer alquiler de vivienda en Almere y un año después acabamos comprando la misma casa.  Me encanta Almere y la diversidad de las comunidades de expatriados, también es un lugar céntrico y vivimos en un barrio familiar.  Estudié neerlandés y ahora tengo una pequeña empresa de Catering para eventos. El curso de empoderamiento de la mujer me ayudó a establecer una red de contactos en Almere con varios eventos gastronómicos.

Echo de menos el sol sudafricano y las hermosas montañas que no encontramos aquí. Sin embargo, la vida ha tenido su cuota de desafíos pero tengo un marido increíble y solidario que es un gran compañero de equipo.    

Siempre seré sudafricana de corazón, pero ciudadana holandesa. Seguimos manteniendo nuestros valores tradicionales y culturales para que mis hijos sigan teniendo su identidad.  Diwali, el Festival de las Luces, es una gran celebración en nuestra casa. Es una celebración con deliciosa comida cultural sudafricana, ropa tradicional y una experiencia cultural absoluta.  Todavía observamos nuestros lunes y martes religiosos sin carne.  Tenemos un equilibrio de vida sudafricano y holandés que nos funciona. Estamos orgullosos de vivir en la hermosa Almere.