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Benedicta
“Me encantan la infraestructura , sobre todo, el hecho de que casi todo el mundo vaya en bicicleta. Vivir aquí, me motivó a aprender ciclismo y natación, de lo cual estoy muy orgullosa.”

Nací en un pequeño pueblo llamado Prestea pero crecí en Cape Coast Ghana. Cape Coast es conocida por su castillo, una fortaleza de construcción europea, que sirvió como puesto comercial para las naciones europeas y como sede de la administración colonial británica para la colonia de Gold Coast. Lamentablemente, representa la mayor y más oscura migración humana forzada de la Historia, es decir, el envío de esclavos desde África a América y Europa en el siglo XVI.  Al ser una ex colonia británica, tiene el inglés como lengua oficial, pero cuenta con más de 50 lenguas indígenas habladas. Yo hablo fanti.

Recuerdo muy bien mi infancia, rodeada de mis padres, 4 hermanos y mi hermana. Siguiendo los pasos de mis padres, ambos maestros, yo también me hice maestra. Mi padre enseñaba en una escuela secundaria católica sólo para varones, por lo que tuvimos el privilegio de vivir en el campus. Era una comunidad muy agradable que se preocupaba por los demás. Teníamos un jardín trasero y nos encantaba ayudar a nuestros padres a trabajar en él, los fines de semana. 

Después de mi educación primaria, me inscribieron en una escuela secundaria solo para chicas, luego asistí a una escuela de formación de maestros solo para chicas y me gradué como Maestra de Primaria. Después de dar clases durante unos nueve años, fui admitida en la Universidad de Cape Coast para estudiar,por tres años, una Licenciatura en Educación y luego me trasladé a los Países Bajos.

En un viaje para visitar a mi hermano en Londres, me reencontré con un viejo amigo de la familia que vivía en Holanda. Estudió en la TU Delft y trabajó como Ingeniero. ¿Quién iba a imaginar que años más tarde me casaría con él?

Esa es la razón por la que emigré de mi país directamente a la ciudad de Almere. A diferencia de lo que ocurría en Ghana, las casas aquí parecían mucho más pequeñas desde fuera, pero no era así, solamente es el uso eficiente del espacio que se practica en los Países Bajos. Aparte del frío y las constantes lluvias de aquí, el idioma ha sido y es la experiencia más difícil para mí. 

Como dice el dicho: “Si vas a Roma, haz lo que hacen los romanos”. Así que cuando llegué a este país, me tomé en serio las clases de neerlandés en el ROC e incluso continué después del nacimiento de mi primer hijo. Sin embargo, este idioma ha sido una barrera para mí a la hora de conseguir un trabajo porque  aún no lo controlo.

Por supuesto, también echo de menos a mi familia, mis costumbres, el sol y el modo de vida en Ghana. Allí los vecinos se preocupan unos de otros,  si un niño se porta mal, es normal que un vecino o un familiar lo corrija o lo castigue. No veo que eso ocurra aquí. Tengo dos hijos adolescentes que se sienten más holandeses que ghaneses. En las competiciones deportivas, en las que participan Ghana y Holanda, siempre están a favor del equipo naranja. Cuando mis hijos estaban en la escuela primaria, les ayudaba con el colegio y siempre he participado activamente en sus actividades escolares y extraescolares. Estoy muy orgullosa de ellos, de su rendimiento escolar y de su comportamiento en general.

Vivo en Almere desde 2003, en el barrio de Danswijk. Me he dado cuenta de que cada vez más personas de diferentes países han venido a vivir aquí. Me gusta mucho esta ciudad, el centro es bastante moderno con sus zonas verdes. Me encantan la infraestructura, sobre todo, el hecho de que casi todo el mundo vaya en bicicleta. Viviendo aquí me animé a aprender ciclismo y natación, de lo que estoy muy orgullosa. La gente es muy amable y me gusta vivir aquí. Lo que más me gusta de la ciudad son los carriles especiales para autobuses y bicicletas. He visto crecer a Almere todos estos años. 

Hay muchas actividades que unen a la gente y eso me recuerda un poco al sentimiento familiar de Ghana. Algunas de las actividades interesantes son los bolos, las compras en el City Mall, los deportes acuáticos en Haddock, la escalada en Kemphaan, el picnic en la explanada, la visita al zoo, la carrera de barro y tantas otras. 

Me encanta pasear por los lagos: ¡Me da una sensación tan refrescante! También me encuentro con muchos puentes y hermosos paisajes cuando voy en bicicleta con mi vecino. No puedo esperar a ver lo que trae la Floriade a Almere en 2022.

Se puede saber mucho de nuestra cultura por nuestra cocina. A los ghaneses nos encanta preparar platos que incluyen arroz, maíz, plátano, yuca, judías, pescado, alubias, etc. También preparamos diferentes tipos de guisos y sopas: sopa de palma, sopa ligera y sopa de manías. El arroz jollof, que es un plato típico de arroz servido con pollo, carne o ensalada, es el favorito de mis hijos. También cocino platos internacionales como espaguetis a la carbonara, paella, patatas pequeñas con schnitzel de pollo, tortillas con ensalada de pollo, etc. Cuando llegué aquí, siempre tenía que ir a comprar a Ámsterdam, pero ahora, puedo encontrar todos los ingredientes para preparar mis platos ghaneses aquí en Almere. 

Algo que me caracteriza y forma parte de mi identidad cultural es mi forma de vestir. Me encanta llevar mis vestidos de algodón con estampados coloridos que me caracterizan como una alegre ciudadana africana. Me los pongo para ir a la iglesia, a pasear o a fiestas especiales. La mayoría son cosidos por mi costurera en Ghana y mi madre me los envía. 

Mi lema es: "Aprender bien, puede llevarte a cualquier sitio y a cualquier nivel que quieras, pero nunca olvides ser respetuoso y amar a Dios". El regalo más importante que recibí de mis padres y que también quiero dar a mis hijos es amar y creer en Dios. Mis hijos lo son todo para mí. Jugamos, vamos en bicicleta y nadamos. Tengo pocos amigos y no tengo familia, pero cuando estoy en casa con mis hijos, tengo suficiente. 

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Authors

Fotos, Entrevista y Texto: Lyla Carrillo - van der Kaaden
Revisión de Texto: Babette Rondón
Fotostudio website: www.101studio.nl