Soy Nayibe. Naci en 1976 en la ciudad de Cali en Colomia. En el año 2000 llegue a los Países Bajos y en el 2018 a la ciudad de Almere. Vivo en Seizoenenbuurt. Esta es mi historia:

Tuve una infancia feliz el barrio donde viví  jugando afuera, bailando, iendo a fiestas y con mucho ruido. La música salsa a todo volumen se oía en todos lados siendo esto parte de nuestra identidad cultural. 

Gracias a una beca logré realizar mis estudios superiores. Mi gran deseo de conocer otras culturas me llevó a la edad de veinticuatro años a viajar a los Países Bajos donde fui invitada por mi prima Eliza. Había llegado en pleno invierno. Yo viniendo de un clima cálido tropical, obiavemente no estaba preparada para ese frío no antes conocido. Recuerdo mi prima dándole una chaqueta pesada y que me quedaba larga para que no me resfriara. Nos costó conseguir ropa a mi medida ya que aquí todos son muy altos. El departamento de niños fue donde pude encontrar algo adecuado.

Mis maletas estaban llenas de exquisiteses como arepas y fruta congelada de mi tierra, las cuales mi prima y su familia se las devoraron en un par de días. No entendía yo la razón la cual entendí al ir al supermercado y no encontrar el Maracuya, mago y/ o aguacates que no faltan en ningún rincón en Colombia.

Fueron muchos contrastes culturales que experimenté al inicio como fue ver dos chicas en la estacion besandose apasionadamente. En Colombia, aunque existe el homosexualismo, no se vé públicamente. También me quede estupefacta, al ver mujeres cubiertas totalmente de pies a cabeza, lo que llaman “burka”” . No sabía que existían ya que no lo conocía. Ahora tengo muchas amigas musulmanas. Estos son algunos de los ejemplos de la libertad que gozamos en los Países Bajos
Durante ese período conoci una familia argentino - italiana quienes a mi regreso a Colombia me ofrecieron la oportunidad trabajar como au-pair en los Países Bajos. Fue así que llegué de nuevo en el 2005 a Leiden pero ahora ya no como turista.

Mi proceso migratorio lo he visto como una oportunidad; siempre me interesé por conocer diferentes culturas y el deseo de aprender otros idiomas . Estudié en el ROC, tengo mi certificado de  NT2 y realicé unos estudios de estética. Quizás lo mas duro ha sido dejar a mi familia aunque mi adaptacion fué bastante rapida la cual la atribuyo a que aprendí el neerlandés y estoy he tratado de integrarme a la cultura. 

Conocí a Jose mi esposo, de padres españoles pero nacido en Países Bajos, por un amigo en común. Me trasladé a vivir con él a Amsterdam, una ciudad con mucho movimiento y gente de todas nacionalidades con las que podía tener una plática espontánea. Hice mucho trabajo voluntariado mientras criaba a mis dos hijos.

Los niños crecian y el espacio se reducía, así que buscamos una casa llegando a Almere. 

Mi primera impresión de esta ciudad a nivel emocional fue abrumadora, ya que no me sentia bien al experimentar ese silencio e incluso soledad. Me tomo un tiempo el poder ver el potencial  que tiene por sus áreas verdes, naturaleza, espacios grandes, la multiculturalidad y mi barrio donde mis hijos estan creciendo en un entorno feliz. 

Mi familia es un matriarcado de mujeres fuertes que se han caracterizado por el servicio social llevando como lema: “ hay que dar para recibir”. Yo no soy la escepción. Actualmente  sigo vinculada a  Amsterdam realizando voluntariados de talleres de empoderamiento con el fin de sacar personas del isolamiento social  por desconocimento del idioma junto con mis colegas recibimos subsidios de la alcaldia para hacer estos encuentros. 

Aquí en Almere empecé a crear mi network de diferentes formas.  Soy voluntaria en la Biblioteca leyendo en voz alta a niños hispanohablantes iniciando con mis amigas el grupo “Creciendo con la lectura”. Además tengo mi emprendimiento de cosmetica natural donde realizo talleres y tratamientos  de belleza terapéutica.  

En nuestro hogar multicultural nos empeñamos en hablar español festejando y manteniendo nuestras tradiciones, incluyendo la holandesa. No tengo planteado regresar a Colombia ya que aquí heché raices, cree mi familia y me siento ya establecida.  

Me siento Nayibe y soy más que una nacionalidad. Soy un ser privilegiado que vivo en medio de varias culturas, rica en experiencias y abierta a seguir aprendiendo. Soy feliz como soy, con lo que he vivido, y la experiencia que he adquirido. Mi lema es: “se siembra para recoger”.