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Magnolia
“Nací en la capital mundial de la salsa”

Nací en 1967 Santiago de Cali ubicada al suroccidente de Colombia. Es la tercera ciudad más poblada del país después de Bogotá y Medellín. Considerada como la “Capital Mundial de la Salsa”, porque la fiesta callejera, el baile y la rumba son característicos de sus habitantes.

Soy la mayor de 4 hermanos descendiente de emigrantes. Mi padre era mitad Libanés y mi madre colombiana con descendencia española. Al igual que muchos libaneses, mi abuelo paterno emigró a Colombia por sus creencias religiosas casándose con mi abuela proveniente de Barranquilla. La inmigración sirio- libanesa ha sido una de las corrientes migratorias más importantes del país por su influencia en la cultura Caribe colombiana.

Medellín y Aruba fueron también mi hogar por varios años hasta que en diciembre del 2002 me mudé a Los Países Bajos. Llegué directamente a Almere ya que mi hermana vivía en esta ciudad. El barrio donde llegué a vivir fué el Regenboogbuurt. En esa época allí terminaba la ciudad de Almere por la parte norte.  

Al inicio me costaba mucho ubicarme ya que todas las casas son bastante parecidas. En Colombia cada quien hace su casa a su manera, a su propio estilo y recursos.  

Después de mi trayecto de integración (“Inburgering”) y porque soy trabajadora social, tuve la oportunidad de empezar a trabajar con las personas que como yo estaban en dicho trayecto. Varios años después me trasladaron al MBO donde soy profesora de español entre otras.

Una de las cosas que más me gusta de Los Países Bajos y en especial de Almere es que todo está muy bien planificado, distribuido y en orden. Si vas en la bicicleta no te tienes que preocupar que un autobús invada tu espacio. Me gusta mucho ir en bicicleta y esto lo puedo hacer en Almere. Hay más seguridad en las vías y el transporte público.

Los Países Bajos es un pequeño país en comparación a Colombia lo cual es para mí una ventaja porque puedo trasladarme a muchas ciudades y pueblos. Asimismo el hecho de vivir tan cerca de Amsterdam me facilita y permite participar en muchas de las actividades de esa gran ciudad.  

Colombia es, después de Los Países Bajos, el segundo exportador mundial de flores y el primero en exportación de claveles. Lo que un tulipán, simboliza y representa para un neerlandés, el clavel colombiano representa para mí.   

Almere brinda posibilidades donde puedo seguir cultivando mi propia cultura y tradiciones combinandolo con mi integración. Esto hace que Almere sea una ciudad multicultural, lo cual la enriquece.  Por ejemplo: Poder asistir a eventos con personas hispanohablantes donde procuramos conservar nuestras tradiciones e idioma.  

En el 2008 me incorporé en Almere a un grupo de bailes folklóricos latinos, entre ellos la Cumbia típica colombiana.  La cumbia es un ritmo musical y baile folclórico colombiano fruto del mestizaje entre las culturas indígena, africana y, en menor medida, blanca (española), durante la Conquista y la Colonia.

En el ámbito familiar, me he preocupado de cultivarle a mis dos hijos (1995) (2000) nuestras raíces colombianas. En casa hablamos español, escuchamos música latina y comemos platos típicos colombianos.  Como saben hablar perfectamente el español, al viajar a Colombia pueden comunicarse muy bien con la familia y amigos.

La diversidad de culturas y nacionalidades me hicieron sentir inmediatamente en “casa” ya que no soy la única ciudadana extranjera, situación que ha permitido sentirme completamente integrada a mi ciudad.

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Authors

Fotos, Entrevista y Texto: Lyla Carrillo - van der Kaaden
Revisión de Texto: Babette Rondón
Fotostudio website: www.101studio.nl