Nací en 1970 en Llay Llay, región de Valparaíso, una pequeña ciudad de Chile. Soy graduada de secretaria de profesión.
 
Vine a Holanda en Diciembre del 2006. Llegué a vivir directamente a Almere Haven. Al principio todo me pareció maravilloso ya que acá es todo muy ordenado y limpio. 
Me sorprendió mucho que las casas no tuvieran rejas para seguridad y que no hubieran cables en los postes de la luz pública. 
 
También fue sorprendente que los días fueran tan cortos y el frío tan intenso. 
Después de pasar el encanto de ver todo lo bonito, vinieron algunos años de mucha soledad. Lo más difícil fue el idioma y relacionarme con la gente. 
Recuerdo que me pasaba el tiempo conectada a Skype hablando con mis amistades y familiares de Chile. Fue difícil conocer personas acá. Las amistades de mi ex marido eran pocas y aunque eran muy amables y hacían de todo para que me sintiera bien, el idioma era un impedimento enorme. 
 
Las personas holandesas son muy cariñosas y tolerantes, pero los círculos sociales aquí son pequeños. Para aprender el idioma hay que trabajar mucho y con disciplina; algo que en nosotros no es fácil. Después de tres años de vivir aquí comencé a estudiar el idioma. Fue un período muy duro pero conocí a muchas personas que estaban en mi misma situación. Estudié mucho para conseguir pasar exámenes. Logre sacar pasaporte y nacionalidad Holandesa
 
Pasaron varios años antes de volver a Chile de visita. Cuando lo hice pude ver aún más la diferencia tan grande que existe entre mi país y Holanda. Conseguí aprender e integrarme a Holanda.  Comencé a trabajar en limpieza/salud y he logrado una estabilidad en todos los aspectos. 
 
Hacer amistades con personas de tu mismo país o continente ayuda mucho, porque es muy difícil expresar sentimientos en un idioma que no es el tuyo, y a personas tan distintas. Las redes sociales ayudan mucho y recomiendo no rendirse. Puede ser muy duro pero luego puedes lograr mucho. Siempre está la oportunidad de ayudar a otros que están llegando a este país.
 
Cuando llegué a Chile de vacaciones me sentí extraña. Fue muy difícil sentirte en casa de nuevo.No me siento en mi país aquí pero tampoco en el mío.
 
La necesidad de sobrepasar los desafíos está en uno. Aquí en Holanda todo es un desafío como el hacerse entender y no repetir una pregunta. Sin embargo aquí siempre existe la oportunidad de ayudar y de aportar con tu experiencia.  Si tuviera que elegir volver a Holanda, lo haría. Es maravilloso conocer otras culturas y compartir con tantas personas de otros lugares. 
 
No vuelvo a mi país porque mi hija menor vino aquí desde los 9 años y ahora ya está formando su propia familia. Solo quisiera que nunca se acostumbre a vivir tan independientemente de su familia. Que sea un poco más como los chilenos donde las amigas nunca tienen que hacer una cita para visitarla. Espero que nunca se vuelva tan estructurada en su vida cotidiana como lo es la gente aquí. La estructura me parece bien en las familias holandesas, pero nosotros no la necesitamos tan estricta. El ser flexibles y espontáneos es parte de nuestra identidad; una Identidad que nos hace diferentes a esta cultura. Esa identidad mía no la quisiera perder nunca.