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María
“Mi primera gran impresión de los Países Bajos fue en el aeropuerto de Schiphol. Nunca había visto tantas y diferentes nacionalidades juntas en un mismo lugar”

Perú es un país tradicional diverso, multicultural conocido por el mundo por su gastronomía. Es el tercer país más grande de América del Sur, dividido en tres regiones: Costa, Sierra y Selva. Posee doce patrimonios mundiales reconocidos por la UNESCO, entre ellos la ciudad perdida de los Incas: Macchu Picchu, declarada una de las 7 maravillas del mundo.

Soy peruana de nacimiento pero neerlandesa de corazón. Nacida en la ciudad de los Reyes, Lima, capital del virreinato del Perú. Una ciudad de más de 10 millones de habitantes. Vengo de una familia católica de clase media y soy la mayor de 3 hermanos. El amor nos llevó por caminos diferentes ya que yo emigré a los Países Bajos, mi hermana a Alaska y mi hermano se quedó en Lima. Él es quien acompaña y cuida de nuestros padres, quienes actualmente rondan los 80 años de edad, se encuentran saludables y aún viven juntos.  

Mi infancia fue tranquila pero mi juventud de mucha diversión. Siempre rodeada de amigos. Mis estudios  los cursé en un colegio católico privado y cuando los finalicé, no sabía qué hacer o estudiar. Mientras lo pensaba, trabajé en una tienda de electrodomésticos como vendedora. Es allí donde me dí cuenta que mi interés iba por los negocios.  Decidí estudiar Administración de Empresas. Tenía el deseo de iniciar mi propia empresa, ser mi propia directora y no depender de nadie. Me gustaba leer sobre grandes corporaciones, su inicio y cómo lograron el éxito.  Esto se tornó en una motivación y un sueño por realizar.

Los fines de semana solía reunirme con mis amigas, salir a cenar o a bailar. Nunca fui aficionada a los deportes . Cuando tenía tiempo libre y hacía buen clima salía a caminar a la playa, me gustaba mucho sentir la brisa marina yodada y ver la puesta del sol.

En el 2001 viajé de vacaciones a Cuzco, ciudad donde el destino cambió mi vida. Allí conocí a mi esposo neerlandés: el típico hombre alto con ojos azules. Mantuvimos el contacto por dos años por internet y con visitas recíprocas incluídas. Hasta que nos casamos y emigré. Celebramos dos bodas, una en mi país y otra en el suyo. 

Mi primera gran impresión de los Países Bajos fue en el aeropuerto de Schiphol. Nunca había visto tantas y diferentes nacionalidades juntas en un mismo lugar.  El Perú es un país multiétnico y estaba acostumbrada, pero no a lo que miraba en ese momento: personas con diferentes características físicas, trajes distintos y con turbantes o pañuelos en la cabeza.  Tal vez mi sorpresa se debió a que fue la primera vez que salía del continente americano y había estado rodeada solo de personas que compartimos las mismas costumbres, tradiciones, lengua y religión.

Mi esposo vivía en Nijverdal, un pueblo situado en la provincia de Overijssel. Recuerdo que fue muy difícil mi adaptación viniendo de una gran ciudad como es Lima, y llegar a vivir a un pueblo poco habitado y silencioso, con animales y donde el bus llegaba cada hora. Un lugar con pocos extranjeros y donde el inglés no era un idioma muy practicado. Uno de los desafíos más grandes que afronté aparte del clima y el estar lejos de mi familia, fue el idioma neerlandés. Sin comunicación es difícil relacionarse con los demás y lograr ser comprendido.  Por ello empecé mis clases de neerlandés en el ROC y traté de integrarme. Al año, la familia creció y éramos tres en lugar de dos. Por esta razón decidimos mudarnos a Zwolle, ciudad donde nacieron nuestros otros dos hijos. 

Cuando mi esposo cambió de trabajo decidimos mudarnos a Almere en el 2008, teniendo solo un mes para buscar casa. ¡Todo sucedió tan rápido!. Elegimos una casa con chimenea en el barrio Tussen de Vaarten. Me gustó mucho la ciudad por su ubicación central, modernidad, multiculturalidad, por sus canales y áreas verdes.

En esta ciudad descubrí mi pasión por la repostería al querer realizar un pastel de cumpleaños para mi hijo. Recibí clases particulares impartidas por una amiga y me gustó tanto la técnica de decoración que decidí seguir cursos y especializarme. Obtuve las certificaciones correspondientes en el Bakery Instituut en Zandaam & Culinarium Centrum Beverwijk.

En el 2015 tomamos la decisión de mudarnos a Lima, donde abrí mi propio negocio. Sin embargo, el desorden, tránsito loco y criminalidad que nunca había sido antes un problema para mí, me perturbaban. Tenía sentimientos opuestos y me dí cuenta que ya no era la misma; inevitablemente había cambiado. Yo había salido de Perú ‘sola y sin hijos’ y ahora regresaba a vivir con ellos, quienes extrañaban a su escuela y amigos. Por esta razón decidimos al año regresar a nuestra casa en Almere. Para ellos esta ciudad es su hogar.

En el 2016, abrí mi tienda de repostería, física y virtual, llamada “Sabredys Pastry Shop” con venta de materiales y útiles.  Asimismo imparto talleres y cursos para niños y adultos. Un logro y experiencia personal muy enriquecedoras.  Mi lema: “sigue tus sueños y sé persistente con lo que quieres en la vida”.  Lo digo ya que todo inicio empieza de cero, puede ser que camines sola, haya obstáculos para obtenerlo, pero depende de tí el superarlos. 

Vivir en los Países Bajos me ha dado la oportunidad de conocer más nacionalidades e interactuar con personas tan extranjeras como yo.  Ahora con el transcurso de los años, me he dado cuenta, que he adoptado muchas formas y costumbres neerlandesas sin dejar, por supuesto, mi lado latino. 
 

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Authors

Fotos, Entrevista y Texto: Lyla Carrillo - van der Kaaden
Revisión de Texto: Babette Rondón
Fotostudio website: www.101studio.nl